Rubiales, presidente del fútbol español, cometió errores importantes: un beso inapropiado y un gesto obsceno. ¿Y luego? Justificó sus actos, en lugar de mostrar liderazgo emocional.
Errores Clave en su Discurso de explicaciones y perdón:
Minimización: Dijo que su beso fue ‘producto de la euforia’, disminuyendo su gravedad.
Normalización: Aseguró que era una ‘respuesta emocional natural’, ignorando que es una falta grave, especialmente como líder de una federación.
Desvío de atención: Acusó a la prensa y al feminismo de exagerar las cosas, en lugar de asumir su culpa.
Victimización: Se pintó como una ‘víctima’, a la que quieren cazar, en lugar de admitir su error.
Desconectado de la realidad: Dice que lo ‘asesinan socialmente’ y compara su caso con el sentimiento de las víctimas reales de agresión sexual, ¿En serio?
Consolidación de su poder: En su discurso de perdón y explicaciones, da ascensos y aumenta salarios. ¿Intenta comprometer a su gente con él y aferrarse al poder?
Lo que debemos aprender:
El liderazgo va más allá de logros y éxitos. Debes manejar tus emociones y ser un buen ejemplo para los demás. Rubiales nos muestra que no puedes llegar a la cima y actuar como quieras; tienes más responsabilidades a medida que asciendes, jamás menos.
Ganas 1 a 0 el campeonato mundial pero pierdes en la cancha del liderazgo con inteligencia emocional. Rubiales nos deja una lección: reconocer un error no es suficiente. Tienes que sentirlo, asumir la responsabilidad y cambiar. Además, ciertos actos ya no son tolerables en nuestra sociedad, hay que evolucionar con ella. ¿Te imaginas si Rubiales hubiera dado un discurso de verdad arrepentido y dispuesto a cambiar? ¿Qué hubieras querido que dijera?